Buenas hoy seguimos con un relato corto propio.
espero que os guste.
Lok`tar
el legado de los dragones.
Hace muchos años, un amor infructuoso entre un general de
ejercito y una sacerdotisa del culto elemental del fuego, acabo con el deseo
carnal de engendrar un vástago en secreto, pues no se permitía tener compañeros
ni en el ejercito ni en el culto, ya que estaban ligadas al mismísimo elemento
del fuego.
El sumo sacerdote de la orden del fuego, Ta`krathos, al
descubrir que una de sus sacerdotisas estaba engendrando en su interior un
vástago con la sangre de los dragones y la humana se dispuso a secuestrarla y
arrebatar ese engendro del mundo para que no pudiera provocar cataclismo
alguno.
Elgarar, el altivo y honrado general, al enterarse del
secuestro de su amada llevada a los picos incandescentes de thor`bariades,
emprendió el camino en su busca armado únicamente con su valor y sus armas.
Después de tan arduo viaje, llegado finalmente a su destino.
Desmonto de su cabalgadura y entro en las ruinas de la
ciudad perdida ark`amesh, en su interior se encontraba su amada, postrada e
inconsciente en un altar con los cultores a su alrededor ensalzando cánticos de
su dios y Ta`krathos dispuesto a arrebatarle a su hijo y amada.
Ta`krathos, sin que Elgarar pudiese hacer nada abrió el
estomago de Eilin con una daga y de el no broto otra cosa sino lava, roca
incandescente que se empezó a derramar por todo el altar.
Ta`krathos atemorizado retrocedió y todos en la salga veían postrados como una especia de huevo hecho de roca y fuego se elevaba junto a un
haz de luz anaranjado.
Elgarar corroído por
la ira y la inmundicia de aquel asesinato y viendo que aquello no era su
vástago si no un engendro, corrió y descargo ferozmente su martillo de guerra
sobre aquel artefacto, todos los allí presentes vieron atónitos como se
resquebrajaba y emitía por aquellas grietas una luz tan intensa que cegaba.
La luz fue cogiendo un color rojizo y emitió un sonoro
chirrido para a continuación explosionar en una marea cataclismica de lava
fuego y muerte.
Todo en la sala y los alrededores quedo calcinado,
únicamente, con aparente forma humana y vida, quedaba un cuerpo arrebujado en
un hobillo.
El ser se levanto, tenia las facciones marcadas de un
adolescente pero la musculatura demasiado formada, un intenso cabello ébano con
vetas rojizas y unos ojos negros con las pupilas rojas.
Se encontraba desnudo y observo la sala a su alrededor. solo
quedaban cenizas y formas humanas calcinadas en posiciones extrañas, como si se
estuvieran protegiendo aterrados de ``algo´. A su lado había tres formas humanas
sin facciones. La mas cercana parecía una mujer por los contornos y estaba
totalmente destrozada, después otro hombres que portaba una daga aparentemente
intacta, se dispuso a tocarla y cuando lo hizo sintió un calor embriagador que
paso a ser corrosivo, intento soltar el arma pero no podía, estaba
completamente pegada.
De la daga empezó a brotar lava que subió por su brazo
dejando le una Sola cicatriz en la que se leía ``Vulkathos´´ y seguía
subiendo por todo su cuerpo hasta sus ojos llenándolos como si de lagrimas se
tratasen y produciendo le un dolor abrasador y una cicatrices en cada mejilla en
forma de zarpa de 3 garras, dejándolo así ciego.
Desolado se puso de rodillas y escucho en su cabeza una voz
profunda como un rugido.
_.Hijo, has sido engendrado por mi sangre y nada mas que por
mi sangre, has sido traído a este mundo para purgarlo de aberraciones y del
mal, coge el martillo de tu padre y déjate llevar por mi poder, lo que sufras
ahora lo ganaras en fuerza y poder._
Lok`tar estaba aterrado, pero al mismo tiempo extrañamente
tranquilo, no sabia por que pero podía ver sin tener que abrir los ojos y
cuando los habría el panorama se incendiaba y todo era de color anaranjado, los
cerro rápidamente pues no sabia lo que ocurriría y busco el martillo del que
aquella voz había hablado. No le fue muy difícil encontrar una forma cubierta
de ceniza asemejándose a un martillo en el suelo.
En el momento que la toco empezó a brotar lava y fuego de el
y cobro la forma de un cráneo de dragón astado inmenso.
Lo sostuvo entre sus manos y volvió a escuchar aquella
extraña voz _. Hijo mio, este es Vulkathos mi alma y esencia, las cicatrices de
tu rostro es la visión de los legendarios dragones, ahora deja que la fuerza de
Vulkathos te embargue._
Lok`tar empezó a sentir un profundo dolor en el brazo y
observo atónito como el mango del martillo se derretía y subía por su cuerpo
hasta el hombro y formaba un brazo de piedra y roca incandescente con numerosas
formaciones en forma de pica, también vio como la cabeza de Vulkathos se adhería
a su mano y se habría y cerraba exhalando llamaradas.
La voz volvía a retumbar en su cabeza _. El ultimo legado
que te dejo es mi fortaleza, coge aquella hombrera y ajusta tela, siéntela._
Lok`tar distinguió la hombrera en un cuerpo al lado de donde
había estado Vulktahos, la cogió y se la ajusto a su hombro izquierdo.
En ese momento se empezó a caer a cachos y dejo al
descubierto una hombrera de obsidiana con cicatrices de lava y un vértice de
fuego en la parte superior, por debajo de la armadura unos diente de lava se le
clavaron en el hombro y la hombrera se unió completamente a su cuerpo.
Exhausto por tanto dolor casi callo en desmayo, pero la voz
volvió a sonar dándole fuerzas para no desfallecer.
_.Lok`tar eres el legado de los dragones, en ti reside todo
nuestro poder, úsalo con sabiduría y buscas respuestas, respuestas a nosotros y
a todo lo que te rodea, recuerda, no eres como los demás, eres la encarnación
de los dragones._ y aquella voz se fue
apagando como un eco en las montañas.