domingo, 8 de septiembre de 2013

Lok´tar el legado de los dragones.

Buenas hoy seguimos con un relato corto propio.
espero que os guste.

Lok`tar el legado de los dragones.


Hace muchos años, un amor infructuoso entre un general de ejercito y una sacerdotisa del culto elemental del fuego, acabo con el deseo carnal de engendrar un vástago en secreto, pues no se permitía tener compañeros ni en el ejercito ni en el culto, ya que estaban ligadas al mismísimo elemento del fuego.

El sumo sacerdote de la orden del fuego, Ta`krathos, al descubrir que una de sus sacerdotisas estaba engendrando en su interior un vástago con la sangre de los dragones y la humana se dispuso a secuestrarla y arrebatar ese engendro del mundo para que no pudiera provocar cataclismo alguno.

Elgarar, el altivo y honrado general, al enterarse del secuestro de su amada llevada a los picos incandescentes de thor`bariades, emprendió el camino en su busca armado únicamente con su valor y sus armas.

Después de tan arduo viaje, llegado finalmente a su destino.
Desmonto de su cabalgadura y entro en las ruinas de la ciudad perdida ark`amesh, en su interior se encontraba su amada, postrada e inconsciente en un altar con los cultores a su alrededor ensalzando cánticos de su dios y Ta`krathos dispuesto a arrebatarle a su hijo y amada.

Ta`krathos, sin que Elgarar pudiese hacer nada abrió el estomago de Eilin con una daga y de el no broto otra cosa sino lava, roca incandescente que se empezó a derramar por todo el altar.

Ta`krathos atemorizado retrocedió y todos en la salga veían postrados como una especia de huevo hecho de roca y fuego se elevaba junto a un haz de luz anaranjado.

Elgarar  corroído por la ira y la inmundicia de aquel asesinato y viendo que aquello no era su vástago si no un engendro, corrió y descargo ferozmente su martillo de guerra sobre aquel artefacto, todos los allí presentes vieron atónitos como se resquebrajaba y emitía por aquellas grietas una luz tan intensa que cegaba.

La luz fue cogiendo un color rojizo y emitió un sonoro chirrido para a continuación explosionar en una marea cataclismica de lava fuego y muerte.

Todo en la sala y los alrededores quedo calcinado, únicamente, con aparente forma humana y vida, quedaba un cuerpo arrebujado en un hobillo.

El ser se levanto, tenia las facciones marcadas de un adolescente pero la musculatura demasiado formada, un intenso cabello ébano con vetas rojizas y unos ojos negros con las pupilas rojas.
Se encontraba desnudo y observo la sala a su alrededor. solo quedaban cenizas y formas humanas calcinadas en posiciones extrañas, como si se estuvieran protegiendo aterrados de ``algo´. A su lado había tres formas humanas sin facciones. La mas cercana parecía una mujer por los contornos y estaba totalmente destrozada, después otro hombres que portaba una daga aparentemente intacta, se dispuso a tocarla y cuando lo hizo sintió un calor embriagador que paso a ser corrosivo, intento soltar el arma pero no podía, estaba completamente pegada.
De la daga empezó a brotar lava que subió por su brazo dejando le una Sola cicatriz en la que se leía ``Vulkathos´´ y seguía subiendo por todo su cuerpo hasta sus ojos llenándolos como si de lagrimas se tratasen y produciendo le un dolor abrasador y una cicatrices en cada mejilla en forma de zarpa de 3 garras, dejándolo así ciego.
Desolado se puso de rodillas y escucho en su cabeza una voz profunda como un rugido.
_.Hijo, has sido engendrado por mi sangre y nada mas que por mi sangre, has sido traído a este mundo para purgarlo de aberraciones y del mal, coge el martillo de tu padre y déjate llevar por mi poder, lo que sufras ahora lo ganaras en fuerza y poder._
Lok`tar estaba aterrado, pero al mismo tiempo extrañamente tranquilo, no sabia por que pero podía ver sin tener que abrir los ojos y cuando los habría el panorama se incendiaba y todo era de color anaranjado, los cerro rápidamente pues no sabia lo que ocurriría y busco el martillo del que aquella voz había hablado. No le fue muy difícil encontrar una forma cubierta de ceniza asemejándose a un martillo en el suelo.
En el momento que la toco empezó a brotar lava y fuego de el y cobro la forma de un cráneo de dragón astado inmenso.
Lo sostuvo entre sus manos y volvió a escuchar aquella extraña voz _. Hijo mio, este es Vulkathos mi alma y esencia, las cicatrices de tu rostro es la visión de los legendarios dragones, ahora deja que la fuerza de Vulkathos te embargue._
Lok`tar empezó a sentir un profundo dolor en el brazo y observo atónito como el mango del martillo se derretía y subía por su cuerpo hasta el hombro y formaba un brazo de piedra y roca incandescente con numerosas formaciones en forma de pica, también vio como la cabeza de Vulkathos se adhería a su mano y se habría y cerraba exhalando llamaradas.
La voz volvía a retumbar en su cabeza _. El ultimo legado que te dejo es mi fortaleza, coge aquella hombrera y ajusta tela, siéntela._
Lok`tar distinguió la hombrera en un cuerpo al lado de donde había estado Vulktahos, la cogió y se la ajusto a su hombro izquierdo.
En ese momento se empezó a caer a cachos y dejo al descubierto una hombrera de obsidiana con cicatrices de lava y un vértice de fuego en la parte superior, por debajo de la armadura unos diente de lava se le clavaron en el hombro y la hombrera se unió completamente a su cuerpo.
Exhausto por tanto dolor casi callo en desmayo, pero la voz volvió a sonar dándole fuerzas para no desfallecer.

_.Lok`tar eres el legado de los dragones, en ti reside todo nuestro poder, úsalo con sabiduría y buscas respuestas, respuestas a nosotros y a todo lo que te rodea, recuerda, no eres como los demás, eres la encarnación de los dragones._  y aquella voz se fue apagando como un eco en las montañas.